Sinceridad cuarentina

Hay momentos en la vida en los que una debe dejar de lado la diplomacia y ser, por fin, sincera consigo misma. Mi amiga Nuri lo ha conseguido, fué cumplir cuarenta y seguir al pie de la letra la doctrina de la sinceridad. Ya no le hace falta hacer dieta para sentirse guapa. Ella que ha sido toda su vida una chica discreta y sumisa, ha aparcado la hipocresía y ha empezado a hacer su nueva maleta. Es cierto que esta manera de pensar no siempre trae alegrías, pero la relajación que te da decirle a tu suegra, por fin a la cara, que no piensas ir a comer el día de Navidad se ponga como se ponga, bien vale la pena comprarse una talla más. Este finde ha sido su cumple y no se me ocurre mejor manera, y a falta de una foto suya, dedicarle esta entrada con una tira de Maitena.

¡FELICIDADES, AMIGA!